La selección española de balonmano se aseguró la primera plaza del grupo de clasificación para el Europeo de Dinamarca 2014, tras imponerse hoy por 23-30 a Portugal, en un sufrido encuentro que dio el pistoletazo de salida a la era Cadenas en el equipo español.
Un triunfo que no puede ocultar las numerosas dificultades que sufrió el conjunto español, especialmente en la primera mitad, para superar la agresiva defensa portuguesa, un 3-2-1 muy físico, que provocó el desconcierto de la selección.
Circunstancia que no tardó en provocar un sin fin de pérdidas, que Portugal, consciente de que el triunfo le daba un puesto en el próximo Europeo, no desaprovechó para exhibir un veloz juego de contragolpe, tanto en primera como en segunda oleada, para distanciarse en el marcador (4-2).
Una renta que obligó a reaccionar con urgencia al seleccionador Manolo Cadenas, que tuvo que solicitar apenas cumplidos los ocho minutos de juego un tiempo muerto, para calmar a un equipo español, que lastrado por sus problemas en ataque, tampoco conseguía dotar de la solvencia esperada a su defensa.
Parón que no pudo venir mejor a la selección, que pareció encontrar la solución a sus problemas ofensivos en la figura de Raúl Entrerríos, que con sus penetraciones y lanzamientos consiguió romper, al fin, el muro defensivo luso.
De la mano de Entrerríos, que cumplidos diecisiete minutos firmaba la mitad de los tantos (7-8) del conjunto español, la selección comenzaba a firmar por goles cada uno de sus ataques, lo que supuso el fin del hasta entonces letal juego de transición portugués.
Sin posibilidad de correr, el ataque luso comenzó a estrellarse con el 6-0 español, permitiendo a los de Cadenas la posibilidad, incluso, de robar algún que otro balón, que Juanín García, como de costumbre, no desperdició para poner a España con una máxima renta de tres goles (9-12) a menos de nueve minutos para el descanso.
Pero bastó que la selección volviese a enredarse mínimamente en ataque, pese a que Cadenas buscó todas las fórmulas posibles, incluida la presencia del extremo Roberto García en la lateral derecho, para que Portugal volviese a acercarse en el tanteador.
Un marcador, que pese a todos los problemas, reflejaba al descanso una ventaja de dos goles (12-14), que nuevamente el buen hacer de Raúl Entrerríos permitió a España disparar en el arranque del segundo tiempo a unos tranquilizadores cinco goles (15-20) de diferencia.
Eficacia ofensiva que vino acompañada de una mejoría en defensa, donde España por fin comenzó recordar al sólido equipo que el pasado mes de enero conquistó el Mundial, incluso el portero José Manuel Sierra, que había protagonizado un gris primer período, comenzó a dar muestras de su auténtica valía.
Mejoría a la que se unió la irrupción en ataque de Jorge Maqueda, autor de cuatro goles en el segundo período, que posibilitaron la escapada definitiva de los "hispanos"en el marcador, que reflejaba unos ya inalcanzables siete goles (20-27) a menos de ocho minutos para la conclusión.
Un tiempo en el que pese a una tímida reacción local, España no concedió ninguna opción de victoria a una selección portuguesa, con esta derrota (23-30) deberá, al menos, empatar el próximo sábado en Macedonia si quiere acudir a una fase final del Campeonato de Europa en la que no está presente desde 2006.
Todo lo contrario que España, cuarta en el último Europeo, que con los dos puntos cosechados hoy en Guimaraes se asegura una primera plaza de grupo que le asegura prácticamente ser uno de los cuatro cabezas de serie en el sorteo del próximo día 21 de junio.
